Alrededor de doscientas cincuenta personas han asistido a la Parroquia Sant Vicenç de Sarrià, con motivo de la fiesta del Beat Pere Tarrés. La celebración tuvo lugar este 30 de mayo, día del nacimiento y ordenación del beato. Este año, el obispo auxiliar de Barcelona Javier Vilanova ha presidido la celebración, acompañado de dieciséis concelebrantes. Entre ellos, el párroco de la parroquia Mn. Joan Obach y el vicepostulador de la Causa de Canonización y Director Espiritual del Seminario Conciliar de Barcelona, ​​Mn. Pere Montagut. Tambien destacavan entre los concelebrantes, Manuel Valls  rector emèrito de la parròquia i, el predecesort de Mn. Obach, Mn. Salvador Bacardit.

Presentes en la festividad

Al inicio, Mn. Obach saludó a los asistentes con el gozo de recuperar esta celebración, mermada en los dos últimos años a causa de la Covid. Tal y como dijo, «recuperar esta celebración es un estímulo para el barrio de Sarrià, para la medicina, para los jóvenes y para los propios presbíteros».
Esta estima por el beato se ponía de manifiesto entre los asistentes, donde se encontraba una representación de las diferentes entidades relacionadas con el beato. Destacaban los seminaristas y formadores del Seminario Conciliar de Barcelona, ​​también representantes de la Asociación de Metges Cristians de Catalunyu, de la Federación Cristians de Catalunya, de la Fundación Pere Tarrés y de Cáritas Diocesana de Barcelona. No faltó tampoco el concejal del distrito de Sarrià-Sant Gervasi, Albert Batlle, así como, representantes del Organismo Benéfico Asistencial (OBA), fundado en 1946, por el beato Dr. Pere Tarrés y el Dr. Gerard Manresa.
También estuvieron presentes los jóvenes del esplai y de la Fundación Pere Tarrés. Estos amenizaron la celebración junto con la música de los jovenes de la parroquia de Sant Vicenç y de la coral del seminario barcelonés.

Un legado lleno de frutos

En el momento de la homilía, el obispo Javier exaltó el legado del beato Tarrés y los frutos que dejó en Sarrià y en la diócesis. Subrayó el ejemplo de caridad en su actitud de vida, como en de la Obra Benéfica Social, «una obra y trabajo que han ido creciendo y han dado tanto frutos y tantas personas implicadas». Agradeció de corazón este trabajo caritativo de los voluntarios, médicos y todos los implicados en esta «misión de ayuda fraterna».
También mencionó a los sanitarios que «defienden la vida» y a los «miles y miles de jóvenes que buscan en Cristo». «Es un gozo vivir la fe con los jóvenes y ver cómo sus ojos se llenan de luz por encontrar a Jesucristo», dijo.
Antes de terminar, el obispo Vilanova, invitó a todos a ponerse con confianza en manos del Senyor y a ser generosos. «Una generosidad que debe renovarse cada día diciendo: «Sí Señor, aquí me tienes»», dijo.
Al finalizar la celebración, se hizo una procesión hasta el sepulcro del Beato donde se cantaron los Gozos y se veneraron las reliquias.
Texto: Iglesia Archidiocesana de Barcelona